Daniel Matz, es un artista inquieto, comprometido con su país y su tiempo, que explora diferentes aspectos del arte audiovisual: la fotografía, el cine, el teatro . En realidad, todo apunta hacia lo mismo: la búsqueda de la verdad y de la belleza con una estética y una identidad propias. Su obra es dinámica, con una energía fluyente, generadora de pensamiento, es un remolino con una fuerza y un saber propios. A veces, sus fotos hablan y sus textos callan. Artista paradójico que no huye del conflicto que genera un arte comprometido.
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María Inés Grimoldi
Crítica de arte